Un abuelito que ama a su perro tanto como cualquier otro dueño, se niega a abandonar a su fiel amigo, por lo que lo transporta en su bolsa de nylon y siempre está al pendiente de él mientras vende sus nopalitos y escobas.
El amor perruno de esta historía es “El Chiquillo”, un pequeño perro chihuahua que viaja hasta cuatro horas diarias en una bolsa de nylon, mientras su dueño comercializa escobas de espiga.
Este noble anciano deambula por las calles todos los días, en la ciudad Victoria en Tamaulipas, México.
El anciano recorre las ciudad junto a su perrito que recogió de las calles y decidió brindarle una segunda oportunidad.
El perrito se ha convertido en una inspiración y lo protege como a un hijo. De hecho, Don Cirilo lleva al perrito dentro de un saco bien acolchonadito para que se sienta cómodo y tranquilo.
La historia generó tanta ternura que los vecinos compartieron fotos en redes, incluso la fundación Adopta FundaDog, acudió a su encuentro para conocer un poco más sobe Don Cirilo. Se espera que otras entidades vean su historía y le den una ayuda a este abuelito que debería estar resguardándose en tiempos de virus.
Leave a Comment