El Papa Francisco se unió a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, para instar a los italianos a tener más hijos, en respuesta a la tasa de natalidad históricamente baja del país. Durante un foro de organizaciones que promueven los valores familiares, el Papa Francisco pidió una acción política concreta para revertir lo que llamó «invierno demográfico». Esta tendencia demográfica resultó en la desaparición de una población equivalente a la ciudad de Bari el año pasado.
El Papa Francisco criticó a las parejas que optan por tener mascotas en lugar de hijos, calificando estas decisiones como «egoístas y ególatras». Compartió una anécdota en la que una mujer mayor le pidió que bendijera a su «bebé», que resultó ser un perro. El Papa reprendió a la mujer, reflexionando sobre el hecho de que muchos niños pasan hambre mientras ella cuida a su perro.
El líder de la Iglesia Católica también destacó el contexto cultural actual, que describió como «poco amistoso, si no inamistoso, con la familia». Según él, la sociedad está centrada en las necesidades individuales, con un énfasis en los derechos individuales en lugar de los derechos de la familia. Las mujeres jóvenes son las más afectadas, a menudo enfrentándose a la difícil elección entre la carrera y la maternidad, o sobrecargadas con el cuidado de sus familias.
Italia registró un número récord de baja natalidad el año pasado, con aproximadamente 392.600 nacimientos vivos. Este número, combinado con un alto número de muertes, casi 713.500, ha acelerado la tendencia demográfica hacia un posible colapso del sistema de seguridad social y de la economía en general. El gobierno de Giorgia Meloni respalda una campaña para alcanzar al menos 500.000 nacimientos anuales para 2033, una tasa que los demógrafos consideran necesaria para evitar este colapso.