Aveces puedes negar todo lo que quieras, pero cuando eres culpable no hay nada que hacer. Esto le pasó a Miller, quien no pudo salir de un problema porque su mamá tenía todas las pruebas contra él. El perrito decidió que no iba a esperar la hora de comer y tomó comida del mostrador. Al principio, intenta evitarla de manera que no miraba directamente a su humana, Leah Delerme.
Sin embargo, una vez que esta táctica no funcionó, trató de resolver sus problemas con una táctica verdaderamente asombrosa!
Por lo menos sabemos al perro le gusta cepillarse sus dientes y debería protagonizar en un comercial de pasta de dientes. Por desgracia para Miller, fue acusado como “culpable”.
¿Has pasado por eso?
Fuente: I Love My Dog