La pareja de pescadores, Mallory Harrigan y su novio Cliff Russell estaban unas millas mar adentro en la costa de Labrador en Canadá, cuando se encontraron con algo extraordinario. Lo que pensaban que era una cría de foca, se trataba de un zorro ártico.
El animal no es una criatura diseñada para nadar, por lo que salir de ahí significaba un verdadero reto. Pero, demostrando que la humanidad no se ha extinguido, el zorro ártico que estaba atacado por las gaviotas, con hambre, frío y aferrado a un iceberg tambaleante fue salvado por la pareja.
“Probablemente se quedó ahí atrapado cuando buscaba comida. Cliff cree que fue a ver un trozo de carne que había en el hielo y este se partió, enviándole mar adentro”, dijo Mallory.
La pareja puso el barco junto al iceberg y de algún modo consiguieron que el zorro subiera a bordo. Después de negarse a comer el pan y las galletas que los rescatistas ofrecieron inicialmente, el zorro ártico finalmente sucumbió a otra golosina: una lata de salchichas de Viena.
“Al principio intentaba huir de nosotros, y fue muy difícil que subiera. Tuvimos que romper el hielo sobre el que estaba y atraparlo con el salabre. Luchó por escapar hasta que literalmente no pudo moverse más”, contaron.
Se agazapó en una esquina. Estaba muy débil cuando subió a bordo, durmió la mayor parte del camino. Cuando nos acercamos estaba nervioso, pero tras darle de comer se calmó. Durante las primeras 5 o 6 horas no quería comer, le dábamos galleta y patatas fritas, pero no quería. Luego cuando se despertó le dimos una lata de salchichas vienesas.”
Mallory afirma que aún lo ve de vez en cuando, explorando casetas viejas de perros en William’s Harbour. Gracias a ellos esta hermosa criatura pudo sobrevivir y regresar a su hábitat natural.